¿QUÉ DEBES HACER SI TIENES UNA LLANTA PONCHADA?

Salir de aventura en tu auto y disfrutar de grandes momentos requiere que estés preparado para cualquier imprevisto. Una llanta ponchada es un evento al que no nos gustaría enfrentarnos, pero que es esencial saber como reaccionar para salir bien librado. 

¿Qué debo hacer en caso de una llanta ponchada? Es una pregunta que te ayudaremos a resolver en esta publicación. 

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Un bache, un clavo o la baja presión son algunos de los factores que pueden llevarte a una llanta ponchada. Si sales a carretera y la rueda tiene un nivel bajo de aire, se estará propiciando un mayor calentamiento que, conjugado con una mala calidad del neumático o la presencia de algún objeto extraño, aumentará las probabilidades de que reviente.

Por la prisa o la falta de conocimiento, no se hace una revisión periódica al estado de las llantas que puede evitarte situaciones complicadas. Solo es cuestión de darle una vuelta al coche antes de subirte o al bajar para comprobar visualmente que no haya ninguna llanta ponchada.

Puede suceder estacionado afuera de tu casa, de la oficina o de la escuela. Esta es quizá la situación de menos riesgo. Solo tendrás que hacer el cambio de rueda, para lo cual será vital contar con el equipo adecuado.

• - Llanta de refacción.
• - Gato hidráulico.
• - Llave de cruz.
• - Birlo de seguridad (en caso de llevarlo).
• - Triángulo de emergencia.
  
  

Dependiendo de tus hábitos de manejo y necesidades, puedes contemplar accesorios más completos como un Kit para llantas ponchadas o una compresora portátil.

Si vas circulando en la ciudad, a una velocidad no muy alta, y notas problemas con la dirección o cierta dificultad al avanzar, entonces tendrás que revisar tus ruedas. Tal vez sea una llanta ponchada. En estos casos lo ideal es que busques el lugar más cercano y seguro para hacer el cambio o esperar una asistencia vial. Tendrás que salir de vías primarias o de acceso controlado para detener el vehículo.

Aunque puedes circular con una llanta totalmente ponchada, toma en cuenta que solo es para encontrar el lugar adecuado. Mientras más tiempo avances en estas condiciones más grandes serán los daños a tu vehículo. Llanta, rin y hasta sistema de suspensión puede ser parte de las consecuencias. 

La situación de mayor riesgo de una llanta ponchada es al ir conduciendo en carretera. Aquí las habilidades del conductor juegan un papel clave para lograr el control del auto, ya que a mayor velocidad, más rápidas tienen que ser las reacciones.
 

El punto más importante es mantener la calma, porque con decisiones bien tomadas podrás aminorar los riesgos. La primera prueba consiste en evitar pisar el freno de forma intensiva y a fondo. Ese elemento marcará la diferencia. Al apretar el pedal estarás aumentando la probabilidad de que el auto se colee en caso de que la llanta ponchada sea una de las de atrás. 

Lo ideal es soltar el acelerador, el auto irá descendiendo de velocidad por sí mismo. La labor que debemos realizar es mantener el control sujetando firmemente el volante. Dependiendo del lado donde se encuentre la llanta ponchada, será la dirección que intentará tomar el auto. Tu misión deberá ser contener ese jalón y conservar el rumbo recto. Podrás pisar el freno, pero de forma suave y dosificadamente, solo lo necesario para ayudar un poco al vehículo a detenerse o para librar a algún obstáculo.

Visualiza el panorama a tu alrededor, para que puedas armar tu plan de acción de emergencia. Si tienes el espacio suficiente, intenta colocarte al centro de la carretera, para tener un margen de maniobra y evitar salirte de golpe.

Un paso importante en estas situaciones es identificar dónde está instalada la llanta ponchada. Toma en cuenta que en el caso de las ruedas delanteras será un poco más sencillo el control, en comparación con las de la parte trasera, cuyo efecto de sobreviraje (coleo) puede complicar la maniobra. En cualquier circunstancia lo ideal siempre será conservar la calma.

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